La teoría
celular, establece que todos los seres vivos están constituidos por células y
que toda célula proviene de una preexistente. En efecto, desde los minúsculos
microorganismos hasta las inmensas ballenas azules están formadas por células.
Hace unos 3700 millones de años surgieron sobre la faz de la
Tierra los primeros seres vivos. Eran microorganismos pequeños, unicelulares,
no muy diferentes de las bacterias actuales. A las células de este tipo se las
denominan procariotas, porque carecen de nucleo (karyon en griego), un
compartimento especializado donde se aloja el sistema genético.
Los procariotas alcanzaron pleno éxito en su desarrollo y
multiplicación. Gracias a su notable capacidad de evolución y adaptación,
dieron origen a una amplia diversidad de especies .
La biosfera estaría llena de procariotas si no se hubiera
dado un avance extraordinario del que surgió una célula perteneciente a un tipo
muy distinto: eucariota, que posee un núcleo genuino. (el prefijo eu, de origen
griego, significa "bueno") .
Las consecuencias de este acontecimiento marcaron el inicio
de una nueva época. En nuestros días todos los organismos pluricelulares están
constituidos por células eucariotas, que tienen una complejidad mucho mayor que
las procariotas. Si no hubieran aparecido las células eucariotas, no
existiría ahora la extraordinaria variedad, tan rica en gamas, de la vida
animal y vegetal en nuestro planeta.
Las células eucariotas surgieron de antepasados procariotas.
Pero, de que manera? Es un asunto difícil de analizar. No han sobrevivido
representantes de las etapas intermedias, ni nos han dejado fósiles que
proporcionen alguna pista directa. Solo podemos estudiar la celula eucariota
actual, que es diferente de cualquier célula procariota. Sin embargo, el
problema ha dejado de ser insoluble. Con
las herramientas de la moderna biología,
los investigadores han descubierto parentescos
reveladores entre bastantes rasgos
eucariotas y procariotas, que arrojan
luz sobre el proceso a través del cual
los eucariotas pudieron originarse a
partir de células procariotas.
Para poder apreciar
esa asombrosa trayectoria de la
evolución necesitamos conocer, siquiera en sus grandes líneas, las diferencias
fundamentales entre ambos tipos de
células.
Las eucariotas tienen
un tamaño mucho a mayor que las células procariotas en términos de volumen unas
10.000 veces; asimismo, el deposito de su in formación genética a esta mucho
mas organizado en las primeras células procariotas y las eucariotas.
En las células procariotas todo el archivo genético se halla
constituido por un solo cromosoma, formado por una ristra de ADN circular que
esta en contacto directo con el resto de la célula. En las células eucariotas
la mayor parte del ADN se almacena, de un modo mucho más estructurado, en los
cromosomas. Estos se agrupan a su vez dentro de un recinto central bien
definido, denominado núcleo. La región que rodea el núcleo, se llama
citoplasma y esta segmentada por una serie de membranas que
dan lugar a una elaborada red de compartimentos que cumplen funciones muy
dispares. Los elementos esqueléticos del interior citoplasmático aportan a las
células eucariotas el sostén estructural interno. Con la ayuda de diminutos
motores moleculares, tales elementos capacitan a las células para que los
compartimentos intercambien entre si su contenido y los propulsen en sus
movimientos de un sitio a otro.
Referencias
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